Ian Acuzar
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PRIMER CONTRAMAESTRE

Ian Acuzar

Oficial de capacitación en instalaciones

Cuando algunas personas entran en el mundo laboral, tienen la suerte de conseguir un trabajo exactamente en el campo que desean.

Otras personas toman un trabajo en otro campo y son aún más afortunadas, porque descubren una pasión que no sabían que tenían.

"“Siempre me encargué de enseñarles a soldar a los marineros jóvenes y lo he pasado muy bien guiándolos en sus necesidades y dándoles consejos”."

Ian Acuzar

PRIMER CONTRAMAESTRE | Marina

Ese es el caso del primer contramaestre de la Marina Ian Acuzar, especialista en ingeniería informática que se alistó como técnico de mantenimiento de cascos.

Un trabajo —o una posición, en el lenguaje de la Marina— que requería saber soldar no formaba parte de sus planes, pero cuando lo aprendió, le apasionó. Le encanta realmente que ahora enseña a soldar a otros en su tiempo libre.

Cuéntenos sobre el camino que recorrió para convertirse en marinero. ¿Cuándo y por qué se incorporó y cómo terminó siendo técnico de mantenimiento de cascos?  

Mi padre se desempeñó como encargado de depósito de aviación entre 1968 y 1992, y tengo un hermano que es segundo contramaestre de primera clase de aviación.

Me incorporé en agosto de 2002 después de graduarme de la universidad en Filipinas. Me gradué con una licenciatura en ingeniería informática en 2002. La posición de técnico en sistemas de información es lo que me interesó debido a mi formación académica.

Para ser breve, yo no tenía familia en los Estados Unidos y vivía con un amigo de la familia. La familia estaba en proceso de irse y tuve que embarcarme sin demora. Finalmente, mi reclutador me dijo que la única manera de embarcarme rápidamente era elegir la posición de técnico de mantenimiento de cascos y luego cambiar a otra cosa [tener otra posición] más adelante.

Nunca había soldado en mi vida antes, pero era el mejor de la clase en la Escuela “A”. (Nota: Los marineros van a la Escuela “A” después del campamento de entrenamiento para realizar el entrenamiento técnico correspondiente a su posición específica).

Actualmente es oficial de capacitación en instalaciones en la Estación Aérea Naval de Misawa, lo que implica manejar los requisitos de ejercicio y la preparación de la instalación. Pero sigue enseñando a soldar además de su trabajo diario. ¿Por qué y cómo logra acomodarlo en su horario de trabajo?

Siempre me encargué de enseñarles a soldar a los marineros jóvenes y lo he pasado muy bien guiándolos en sus necesidades y dándoles consejos. Me ofrecieron un trabajo a medio tiempo aquí, en el taller de automodelismo, para ser instructor contratado de su programa de soldadura y acepté. Lo hago después del horario de trabajo y los fines de semana, y doy clases individuales a pedido.

¿Qué es lo que le gusta de enseñar soldadura y por qué la mayoría de sus alumnos quieren aprender a soldar?

Me encanta enseñar a personas abiertas y dispuestas a aprender. El momento en que los ves empezar a entender y a divertirse con lo que están haciendo es una experiencia increíble.

Las personas que vienen a aprender lo hacen por diversas razones: adquirir otra habilidad para tener oportunidades de trabajo, arreglar su coche o hacerle modificaciones, ampliar su creatividad artística en su amor por el arte o simplemente porque se aburren aquí en Misawa. Esas son algunas de las razones de mis alumnos.

¿Cuál es el proyecto de soldadura más interesante o complicado que hizo?

El proyecto de soldadura más interesante fue soldar en la cubierta abierta de un barco en medio de una gran marejada o enormes olas, le suma un poco de diversión.

Cuando no está enseñando a sus alumnos a ser soldadores autosuficientes, ¿qué hace?  

Paso tiempo con la familia y hago mi trabajo a tiempo completo como conductor familiar cuando es necesario.

¿Quiere hablar sobre su familia?  

Estoy casado con el amor de mi vida, Gayle. Éramos amigos de la infancia. Llevamos juntos casi 28 años. Tenemos dos hijos, Jaiden, de 16 años, y Gage, de 7, y una hermosa hija, Geia, de 13 años.

¿Empezó a enseñarle a alguno de sus hijos a soldar o piensa hacerlo?

No, todavía no. Amo profundamente a mis tres hijos y quiero que exploren y decidan lo que quieran hacer. Tal vez por eso todavía no les enseñé a soldar, no me lo pidieron y siguen entretenidos con ciertas cosas con las que los niños y adolescentes están ocupados en estos tiempos. Quiero que disfruten de sus vidas y siempre estaré aquí para enseñarles lo que quieran aprender cuando lo deseen o si ellos quieren.