Robert Settle
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Sargento

Robert Settle

Jefe de tripulación de vehículo de asalto anfibio

Durante su infancia en Texas, Robert Settle escuchaba las experiencias de su abuelo como sargento del Cuerpo de Marines. Justo después de los acontecimientos del 11 de septiembre, Robert decidió que incorporarse al Cuerpo de Marinesy seguir los pasos de su abuelo sería la mejor manera de servir a su país.

“El Cuerpo de Marines es una hermandad, realmente lo es. Hay una idea equivocada que se originó en las películas de que el Cuerpo de Marines es esta cosa bestial adonde vas a entrar y te van a estar gritando todo el tiempo. Y simplemente no es así. Es un trabajo pero, al mismo tiempo, te enseñan a ser un hombre.”

Luego de dirigirse a un Centro de Procesamiento de Entrada a las Fuerzas Armadas y alistarse en el Programa de prórroga en el ingreso, Robert partió al entrenamiento para reclutas y asistió a la escuela de control del tráfico aéreo. Mientras cumplía con su compromiso en este puesto, se dio cuenta de que quería cambiar de MOS (Especialidad Ocupacional Militar, por sus siglas en inglés) para así poder trabajar con vehículos de asalto anfibios. Le preguntó a un especialista en retención laboral sobre su incursión en un nuevo campo, y el Cuerpo de Marines resultó ser una muy buena opción en función de sus nuevos objetivos profesionales.

“Una vez que te vuelves a alistar, tienes permitido ‘moverte lateralmente’ por distintas MOS, siempre que en esa MOS haya vacantes para nuevos Marines.”

En su actual puesto de jefe de tripulación de vehículos de asalto anfibios, Robert está a cargo de un equipo de tres hombres. Este equipo opera un vehículo de 26 toneladas, que puede transportar alrededor de 22 miembros del Servicio. El vehículo de asalto anfibio puede desplazarse por el agua y la tierra para el descenso de la infantería en costas hostiles, y puede transitar por casi cualquier terreno, desde arena hasta montañas.

Robert tiene muchas responsabilidades en este puesto. Trabaja con un vehículo complejo y debe colaborar para mantener la seguridad de otros miembros del Servicio en el vehículo de asalto anfibio. Pero acepta el desafío de mantener vehículos de asalto anfibio y capacitar a otros para que lo hagan.

“Hay algo que siempre me dice mi coronel: Caballo, silla de montar y uno mismo. Uno se ocupa del medio que lo transporta: el vehículo. Luego, cuida el equipo que uno lleva consigo y también se cuida a sí mismo porque, si no cuidamos del equipo, el equipo no nos cuidará en la batalla.”

Robert, que se encuentra en Camp Pendleton, condado de San Diego, se movilizó en dos oportunidades, una a Irak y otra a Afganistán. En Afganistán, colaboró con el entrenamiento de los integrantes del Ejército Nacional Afgano. Durante ese período, Robert también vivió al lado de los integrantes del Ejército Nacional Afgano y se familiarizó con los colegas de ese país.

“Mientras entrenaba al ejército afgano, me hice muy amigo de un par de sargentos que eran mayores que yo. ... Cenábamos juntos y salíamos con ellos. Son gente como uno. Les gusta divertirse.”

Mientras estuvo en Afganistán, Robert contribuyó a prestar ayuda humanitaria a los niños. Como en Afganistán puede hacer mucho frío, los niños necesitaban mantas, ropa, calzado y abrigos. Robert también distribuyó mochilas y lápices a los niños que los necesitaban para la escuela.

Robert Settle "Aprecian mucho los lápices. Cada vez que paso por una ciudad, me piden lápices. '¡Señor, lápiz! ¡Señor!' Saco uno y se lo entrego a un niño y luego aparece una multitud de niños. Eso me da felicidad. Y les doy todos los lápices que tengo. Finalmente, me quedo sin cosas para repartir.”

Robert está orgulloso de las capacidades que adquirió en el Cuerpo de Marines. Una vez que cumpla con su compromiso de servicio, tiene pensado combinar esas destrezas con su pasión: los autos. Ya está planeando retomar los estudios, incursionar en el mundo de los negocios e iniciar una carrera en la restauración y personalización de autos.

“Lo que el Cuerpo de Marines me enseñó para valerme por mí mismo en la vida serían sin lugar a dudas liderazgo, organización, atención a los detalles y, sobre todo, cómo ser una persona responsable.”

Sin duda Robert trabajará para lograr sus nuevos objetivos profesionales con el mismo nivel de liderazgo, la misma organización y atención a los detalles que demostró mientras prestaba servicio en el Cuerpo de Marines.

"El Cuerpo de Marines es una hermandad."

Robert Settle

Cuerpo de Marines

“There’s one thing my colonel says to me: Horse, saddle, self. You take care of the thing you ride — your vehicle. Then you take care of the gear that you carry with you, and then you take care of yourself because, if you don’t take care of the gear, it’s not going to take care of you in battle.”

Robert, who is based at Camp Pendleton in San Diego County, has deployed twice — once to Iraq and once to Afghanistan. In Afghanistan, he helped train members of the Afghan National Army (ANA). During this time, Robert also lived next door to members of the ANA, and he got to know his Afghan counterparts.

"While I was training the Afghan army, I got close to a couple of the sergeants that were older than me. ... We would go have dinner with them and just hang out with them. They’re people just like us. They just like to have fun."

Leadership Abroad and at Home

While in Afghanistan, Robert helped deliver humanitarian assistance to children. Since Afghanistan can become extremely cold, children needed blankets, clothing, shoes and coats. Robert also distributed backpacks and pens to children who needed them for school.

“They cherish pens. Every time I go through a town, they’re asking me for a pen. ‘Mister, pen! Mister!’ I’ll pull out a pen and hand it to a kid, and then a whole mob of kids will come over. And it makes me happy. I just hand out all the pens I’ve got. I run out of stuff to give away, eventually.”

Robert is proud of the abilities he has gained in the Marine Corps. After he fulfills his service commitment, he plans to combine these skills with his passion — cars. He is already planning to go back to school, enter the business world and launch a career in auto restoration and customization.

“The things the Marine Corps has taught me that could allow me to run a business would definitely have to be leadership, organization, attention to detail and, overall, how to be a responsible person.”

No doubt Robert will work toward his latest career goals with the same amount of leadership, organization and attention to detail that he has shown while serving in the Marine Corps.