Escuelas de las fuerzas armadas

Teniente Alex Burtness: Desde que tengo memoria, siempre he desarmado cosas. Siempre me interesaron la ciencia y la tecnología, y encontraba actividades que se relacionaran con ellas. En retrospectiva, creo que el camino que me llevó a donde estoy ahora es muy claro: encontrar los desafíos que se adaptaran a quien soy, lo que valoraba y para lo que tenía habilidades. Creo que tiene sentido. Estoy exactamente donde debo estar.

En la escuela secundaria, siempre organicé mi horario a partir de los cursos avanzados de ciencias. Hice programación y algunas clases de robótica que la escuela secundaria ofrecía. En la robótica, las matemáticas son una forma de describir la manera en que todo se mueve e interactúa y, para mí, eso era fascinante. Despertó ese interés que me llevó por un largo camino hasta  acabar donde estoy hoy.

Me enteré de las academias militares, en especial la Academia Naval, y creo que vi el desafío que representaba, eso fue lo que realmente me llamó la atención. La primera vez que me postulé para la Academia Naval, me rechazaron. Recuerdo como la gente decía que los chicos normales de la escuela secundaria no pueden simplemente ingresar a una academia militar y decidí que debía demostrarles que estaban equivocados.

Jessica Burtness: Alex no elige el camino fácil. No rehúye los desafíos. Sus padres son personas realmente trabajadoras. Tienen una ética del trabajo muy fuerte. Creo que eso, definitivamente, se refleja en Alex.

Alex: Creo que haber sido rechazado hizo que me enfocara y realmente me demostró que quizás lo que estaba haciendo hasta ese momento y el esfuerzo que le había dedicado no eran suficientes. Así que pasé un año en la Universidad Estatal de Oregón. Allí trabajé muy muy duro. Me enfoqué cada día en hacerlo lo mejor posible para poder presentar una solicitud más fuerte en la Academia Naval, y lo reconocieron, por lo que ingresé en el segundo intento.

La emoción de la graduación es, definitivamente, un momento que recordaré el resto de mi vida. Se sentía la emoción en el aire y las personas estaban inquietas en sus asientos, esperando lanzar sus gorros al aire y ser nombrados subtenientes en el Cuerpo de Marines y alféreces en la Marina. Fue increíblemente emocionante e increíblemente gratificante saber que esos cuatro años de trabajo duro habían valido la pena.

Dr. Steven Samuels: Creo que los estudiantes que están considerando asistir a la Academia de la Fuerza Aérea tienen que pensarlo muy bien. Este es un lugar que tiene mucho para ofrecer, pero no es para todo el mundo. Aquí hay muchos desafíos que, honestamente, no todas las personas pueden enfrentar.

Cadete Alicia Wallace: Estando aquí, hice más cosas de las que jamás pensé que podría hacer en mi vida. Es decir, uno no conoce sus límites hasta que se exige al máximo y se da cuenta de que el propio potencial es increíble.

Dr. Steven Samuels: Las personas que eligen venir aquí, los hombres y las mujeres a quienes enseño, por ejemplo, están aquí todos los días.

Capitán Jessica Kashka: En la Academia entrenamos líderes, pero también personas para que formen parte de nuestras Fuerzas Armadas. Tienen experiencias prácticas todos los días, experiencia en el trabajo, algunos saltan de aviones, vuelan aviones, dirigen satélites. Es una excelente experiencia.

Dr. Steven Samuels: Los beneficios de una institución militar y académica creo que son, exactamente, los que imaginan. Es una institución académica, por eso mis estudiantes hacen aquí lo mismo que hacían en Stanford. Toman el mismo tipo de clases. Somos iguales de rigurosos. Puedo dar fe de ello. Yo estuve allí. Cuando terminé la universidad, no sabía exactamente lo que haría, así que hice un poco de esto, un poco de aquello. Cuando ellos se gradúan, saben lo que harán a continuación. Y saber qué van a hacer el día después de la graduación les permite enfocarse como estudiantes. Las Fuerzas Armadas y la parte académica son cosas separadas, pero, a su vez, son lo mismo. Son dos caminos diferentes para llegar al mismo destino.

Cadete Alicia Wallace: Sé que alguna vez haré una diferencia en la vida de muchas personas, y eso me encanta. Soy una persona completamente diferente. Sigo siendo yo, pero una versión mejorada.

Somos la Academia de la Guardia Costera de los Estados Unidos.

Estamos entre los 100 mejores programas de negocios de pregrado, entre los 10 mejores programas de ingeniería de pregrado, entre las 25 mejores facultades STEM y entre el 15 % de las mejores escuelas y universidades. 

Figuramos en el 1 % de los mejores programas por su compromiso con el servicio comunitario y somos la institución pública regional número uno.

Y estamos 100 % enfocados en nuestra misión: graduar oficiales para dirigir la Guardia Costera de los Estados Unidos.